Si la semana pasada os enseñamos a hacer un análisis del agua de riego del cultivo, hoy es el turno del suelo. Saber cómo hacer un análisis del suelo de cultivo es una buena base para dar a tus plantas la fertilización adecuada.
Hoy vamos a explicarte cómo hacer un análisis del suelo de cultivo, qué parámetros es importante analizar y cómo se interpretan los resultados.
¿Para qué sirve hacer un análisis del suelo de cultivo?
Los análisis de suelo permiten al agricultor conocer el suelo y saber qué nutrientes tiene disponible el cultivo. Este análisis es también una gran herramienta para conocer posibles deficiencias y corregirlas a tiempo.
Una buena planificación antes de analizar el suelo de cultivo permitirá al agricultor sacarle el máximo partido a esta inversión. Por ejemplo, no es lo mismo adquirir muestras de la superficie, que del suelo más profundo.
El muestreo de las parcelas debe hacerse de forma correcta. No mezcles zonas con diferentes texturas, ni mezcles tierra de parcelas que se tratan de diferente forma o se fertilizan diferente.
¿Cómo coger las muestras de las parcelas?
Para recoger una muestra de una misma parcela, lo ideal es recoger muestras de más de un lugar de la parcela o grupo de parcelas a analizar. Puede ser suficiente con recoger al menos muestras de 3 puntos diferentes por parcela.
Si la parcela es grande, puedes recoger una muestra por hectárea. Asegúrate de que haya muestras del centro, los bordes, zonas con pendiente, etc. Lo ideal es recoger muestras que se encuentren entre 0 y 45 cm. Ya que es este el nivel donde las plantas desarrollan sus raíces. Por eso, si los suelos son muy profundos y fáciles de penetrar por las raíces, será bueno coger muestras de 60 o 70 cm.
Una vez cogidas muestras de estos puntos, deberás mezclar todos a conciencia. La muestra final deberá ser aproximadamente de medio kilo de tierra.
Qué parámetros del suelo analizar y cada cuando
Existen distintos tipos de parámetros que deberá considerar analizar.
Parámetros del suelo invariables
Estos basta con analizarlos una vez:
- Textura del suelo: Indica cuál es la proporción de partículas de diferente tamaño y ayuda a conocer la fertilidad del suelo. Solemos hablar de suelo rugoso, fino, con mucha arcilla, arenoso, limoso o franco.
- Ph del suelo: La función del pH del cultivo es indicar si la materia es ácida o básica. Cuando el resultado de pH es 7, será neutra, si es mayor de 7 será básico, y si es menor de 7, ácidos. En España lo normal es que los suelos ácidos se encuentren más al norte, por recibir más lluvia. El pH afecta a la disponibilidad de nutrientes y crecimiento de los cultivos. Si el pH es muy extremo, el suelo no será fértil.
Parámetros del suelo variables
Estos parámetros es aconsejable analizarlos cada cinco años:
- Materia orgánica: Esta es la clave para tener un suelo fértil. El color es el principal indicativo de que un suelo tiene poca o mucha materia orgánica. Los suelos oscuros suelen tener más. Los análisis de materia orgánica son aún más importantes si llevamos acciones para aumentarla, como la aplicación de estiércol.
- Conductividad eléctrica: Para saber la salinidad del suelo.
- Fósforo: Macronutriente clave en el crecimiento del cultivo.
- Potasio: Necesario para el desarrollo de las plantas, tiene importancia en la calidad del producto final.
Parámetros muy variables
Estos parámetros son tan variables, que se recomienda analizarlos al menos una vez al año.
El nitrógeno maximiza el rendimiento. Deberá analizarse el nitrógeno nítrico y el nitrógeno amoniacal.
La cantidad de nitrógeno varía en función de la lluvia, manejo del suelo, fertilización y manejo de residuos, entre otras cosas.
Conclusión
Después de leer este artículo resumido sobre cómo hacer un análisis del suelo de cultivo sabrás que este análisis tiene interesantes ventajas.
Aunque lo más importante es saber cómo analizar los resultados y actuar en consecuencia. El labrado y el abonado dependen en gran parte de estos resultados. Por eso en nuestra empresa de abonos y fertilizantes para cultivos realizamos productos personalizados, que se ajustan a la perfección al tipo de suelo y a las necesidades de este.
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