Si alguna vez te has animado a plantar tu propio huerto, es probable que te hayas enfrentado a la falta de floración y cuajado de frutos. Una de las causas más frecuentes de este problema reside en la falta o ausencia de abono para hortalizas, o en su inadecuada aplicación.
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Por eso, como empresa de fertilizantes en Granada, queremos hablarte precisamente de este producto, profundizando en temas como cuándo y cómo aplicar abono para hortalizas para que tus plantas se beneficien al máximo de sus propiedades.
¿Cuándo empezar a fertilizar tus hortalizas?
Unos 45 días después de la siembra o el trasplante de hortalizas, los nutrientes presentes en el suelo o en el sustrato inicial suelen agotarse. Este es el momento clave para empezar a aportar fertilizantes adicionales que promuevan el desarrollo de flores y el cuajado de frutos.
Por este motivo, durante el crecimiento de tus hortalizas, es esencial proporcionar nutrientes de manera equilibrada para evitar carencias que puedan afectar la calidad y cantidad de los frutos de tu huerto.
La frecuencia y la cantidad de abono para hortalizas dependerá del tipo de suelo, las necesidades específicas de cada planta y el producto elegido. Por lo tanto, lo ideal es dejarse asesorar por expertos en fertilizantes y seguir siempre las recomendaciones del fabricante para una aplicación adecuada.
Tipos de abono para hortalizas
En el mercado existen diversos tipos de fertilizantes diseñados para satisfacer las necesidades de diferentes cultivos.
Fertilizantes específicos para hortalizas
Los abonos para hortalizas están formulados para mejorar la producción de frutos y hojas, intensificando su sabor y calidad. Muchos de estos productos son orgánicos y están certificados para su uso en agricultura ecológica, siendo menos dañinos para el medio ambiente.
- Granulados. De liberación lenta o combinada, ideales para cultivos al aire libre.
- Líquidos. De acción rápida, perfectos para huertos en macetas o espacios reducidos.
- Bastones fertilizantes. Palitos de liberación prolongada, muy prácticos para huertos pequeños por su facilidad de uso.
Fertilizantes orgánicos o inorgánicos
Los fertilizantes son esenciales para proporcionar los nutrientes que las plantas necesitan para crecer y desarrollarse. Y aunque tanto los fertilizantes orgánicos como los inorgánicos cumplen esta función, sus características, beneficios y formas de acción son diferentes.
Fertilizantes orgánicos
Los fertilizantes orgánicos provienen de materiales naturales, como restos de animales, plantas o desechos orgánicos procesados (estiércol, compost, humus de lombriz, etc.).
- Compostados. Incluyen mantillo, humus de lombriz y estiércol. Son ideales para mejorar el suelo durante la preparación inicial o como fertilizante de liberación lenta a lo largo del cultivo.
- Granulados. Como el fertilizante granulado azul, que se aplican alrededor de las plantas y, con el agua del riego, liberan los nutrientes necesarios de manera progresiva.
- Líquidos. De aplicación sencilla, se mezclan con el agua de riego y son perfectos para huertos urbanos por su rapidez de acción.
Fertilizantes inorgánicos o químicos
Productos de origen sintético o mineral, fabricados industrialmente a partir de compuestos químicos. Su composición es específica para aportar nutrientes clave en forma rápidamente disponible.
- De liberación lenta. Ofrecen nutrientes durante 4-5 meses, siendo ideales para estaciones más frías como el otoño y el invierno.
- De liberación rápida. Más adecuados para primavera y verano, como los granulados azules, que se usan desde finales del invierno hasta el otoño.
Fertilizantes con micorrizas
Algunos abonos orgánicos contienen micorrizas, hongos beneficiosos que forman una relación simbiótica con las raíces, mejorando la absorción de agua y nutrientes. Esto resulta en plantas más robustas y resistentes.
Cómo abonar tus hortalizas de forma eficiente
Para aprovechar al máximo los fertilizantes para hortalizas, es importante aplicarlos correctamente. Aquí tienes algunos consejos.
Prepara el terreno
- Limpia el área de malas hierbas, ya que podrían competir con tus cultivos por los nutrientes.
- Si decides usar herbicidas, hazlo con moderación para evitar dañar las plantas.
Métodos de aplicación del abono para hortalizas
- Compostado. Extiende una capa fina sobre el suelo y mézclala ligeramente con un rastrillo. Luego, riega para que los nutrientes penetren.
- Granulado. Distribúyelo de manera uniforme alrededor de las plantas y deja que el agua del riego disuelva los nutrientes.
- Líquido. Mezcla la dosis recomendada con agua y aplícala directamente en el riego.
Reparto uniforme
- Asegúrate de que el abono para hortalizas se distribuya de forma homogénea alrededor de cada planta para evitar acumulaciones que puedan dañar las raíces.
Necesidades de abonado según las hortalizas
Cada tipo de hortaliza tiene requerimientos nutricionales distintos. Agruparlas según sus necesidades puede facilitar el abonado:
- Cultivos con baja demanda. Guisantes, rábanos, nabos y sandías.
- Cultivos con alta demanda. Tomates, zanahorias, remolachas, cebollas, coles y patatas.
Esta planificación ayuda a garantizar que cada planta reciba los nutrientes adecuados sin derrochar fertilizante.
Frecuencia de aplicación
El intervalo entre cada abonado varía según el tipo de fertilizante y la calidad del suelo.
- Fertilizantes de liberación lenta. Una o dos aplicaciones al año, generalmente en primavera y otoño.
- Fertilizantes líquidos. Aplicación cada 2-4 semanas durante la temporada de crecimiento activo.
Cuidar de tus hortalizas mediante un abonado adecuado no solo garantiza una buena cosecha, sino que también asegura que aproveches al máximo el esfuerzo dedicado a tu huerto. ¡Sigue estos consejos de uso del abono para hortalizas y disfruta de resultados excepcionales! Desde Nevian Fertilizantes te acompañamos en tu progreso.