Si te preguntas qué es la fertirrigación, en qué casos es interesante y cómo sacarle el máximo partido para optimizar la nutrición de tus cultivos, en este artículo encontrarás una explicación clara y concisa, con consejos prácticos para optimizar la nutrición de tus cultivos.
¿Qué es la fertirrigación?
La fertirrigación consiste en aplicar fertilizantes disueltos en el agua de riego para llevar los nutrientes directamente a la zona radicular de las plantas. Por lo tanto, esta práctica combina dos operaciones en una misma aplicación; por una parte el riego, y por otra el abonado. Esto permite dosificar con precisión los aportes nutritivos y sincronizarlos con las necesidades del cultivo.
Las ventajas de la fertirrigación
Para muchos agricultores, la fertirrigación es la mejor herramienta para mejorar la nutrición de sus cultivos. ¿Por qué?
Porque entre los beneficios de la fertirrigación destaca la mayor eficiencia en el uso de fertilizantes, la reducción de pérdidas por lixiviación, la posibilidad de aplicar nutrientes en momentos críticos del cultivo y la reducción de costes laborales.
Aunque lo más importante es que al suministrar el nutriente en forma soluble y localizada, las plantas lo absorben con mayor facilidad, lo que se traduce en mayor rendimiento y calidad.
Tipos de sistemas de fertirrigación y cuándo aplicarlos
Para entender qué es la fertirrigación es importante conocer las modalidades que existen.
La fertirrigación puede realizarse por goteo, microaspersión, aspersión o incluso a través de sistemas más especializados en invernadero. El riego por goteo es el más eficiente en términos de ahorro de agua y precisión para aplicar nutrientes en la zona radicular. La elección depende del tipo de cultivo, el sistema de riego disponible y la escala de la explotación.
Qué fertilizantes usar y compatibilidades
Es importante seleccionar productos que se disuelvan y no generen problemas en el sistema de riego. Por lo que hay que utilizar fertilizantes solubles y compatibles con el agua de tu zona. Evita mezclas con productos que precipiten (como calcio con fosfatos en condiciones inadecuadas) y controla siempre la conductividad eléctrica (CE) y el pH de la solución. Si te interesa cómo incorporar abonos sólidos en la fertirrigación, te lo contamos en este otro artículo.
Cómo diseñar un programa de fertirrigación eficiente
Ahora que ya sabes qué es la fertirrigación, es el momento de hacer una buena planificación, ya que esta es la clave para optimizar los resultados.
Empieza con un análisis de suelo y agua y, si es posible, con análisis foliares periódicos para ajustar las dosis. Define las fases del desarrollo de la planta (floración, cuajado, engorde) y programa aportes que respondan a las necesidades de cada una de ellas. Fracciona las aplicaciones en vez de aplicar todo a la vez. De esta forma disminuyes las pérdidas y mantienes un suministro constante de nutrientes.
Control de pH y conductividad eléctrica (CE)
Estos parámetros influyen directamente en la disponibilidad de los nutrientes.
Mantén el pH de la solución en el rango adecuado para tu cultivo (cada cultivo tiene sus preferencias) y controla la CE para evitar estrés por salinidad. Muchos sistemas incorporan sensores que permiten ajustar inyección y alarmas automáticas. Invertir en un buen control reduce errores y mejora la eficiencia.
Conclusión
La fertirrigación es una técnica ampliamente empleada para optimizar la nutrición de tus cultivos. Esta aporta precisión, ahorro y mejores resultados productivos cuando se diseña e implementa de forma correcta.
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