Cómo utilizar abonos sólidos en la fertirrigación

Cómo utilizar abonos sólidos en la fertirrigación

En lugar de aplicar los fertilizantes de forma convencional, como puede ser mediante la aplicación manual de fertilizantes sólidos o líquidos al suelo, la fertirrigación permite una distribución más precisa y eficiente de los nutrientes. En este tipo de fertilización se pueden emplear fertilizantes líquidos o fertilizantes sólidos. En el artículo de hoy nos centramos en estos últimos. Te contamos cómo utilizar abonos sólidos en la fertirrigación de tus cultivos.

¿En qué consiste la fertirrigación?

La fertirrigación es una técnica que combina la aplicación de fertilizantes con el riego de las plantas de manera simultánea. Consiste en disolver los nutrientes necesarios en el agua de riego y suministrarlos directamente a las raíces de las plantas a través del sistema de riego.

Los fertilizantes se diluyen en el agua de riego y se administran en la cantidad adecuada, según las necesidades específicas de cada cultivo, en el momento exacto en que las plantas los requieren.

Por ello es necesario conocer bien las necesidades de las plantas, así como saber cuáles son los mejores tipos de abonos según la necsidad de tus cultivos.

Esta técnica ofrece beneficios como una mayor eficiencia de los nutrientes, mayor precisión en la aplicación, ahorro de agua y mejora en la calidad de los cultivos. Es importante realizar un adecuado monitoreo y ajuste de los nutrientes aplicados para garantizar una nutrición óptima de las plantas.

¿Cómo deben ser los abonos sólidos en la fertirrigación?

Los fertilizantes que se utilicen en fertirrigación tienen que ser abonos líquidos o abonos sólidos especiales de alta solubilidad. Esto quiere decir que el residuo insoluble en agua a 15ºC, a la mayor dosis de empleo recomendada, debe ser inferior al 0.5%.

Por otro lado, los abonos sólidos en la fertirrigación deben ser puros, ya que si contienen materias inertes pueden producir obturaciones en los goteros. Además, el hecho de que estos abonos sólidos tengan un bajo índice de sal, hace que aumente lo menos posible la salinidad del agua de riego.

Solubilidad

Los abonos sólidos utilizados en la fertirrigación deben tener una buena solubilidad en agua. Esto significa que deben poder disolverse fácilmente en el agua de riego para formar una solución homogénea que pueda ser transportada a través del sistema de riego y entregada a las raíces de las plantas. Los abonos con alta solubilidad permiten una rápida disponibilidad de los nutrientes para las plantas.

Granulometría adecuada

La granulometría de los abonos sólidos es importante para asegurar una distribución uniforme y evitar obstrucciones en el sistema de riego. Los abonos deben tener un tamaño de partícula adecuado para que puedan ser fácilmente transportados a través de los emisores del sistema de riego, como los goteros o los aspersores. En general, se recomienda que los abonos sólidos utilizados en la fertirrigación tengan un tamaño de partícula fino a medio.

Concentración de nutrientes

Los abonos sólidos en la fertirrigación deben tener una concentración de nutrientes adecuada para satisfacer las necesidades específicas de los cultivos. Es importante conocer las recomendaciones de fertilización para cada tipo de cultivo y ajustar la concentración de nutrientes en los abonos en consecuencia. Esto permitirá suministrar la cantidad correcta de nutrientes a las plantas durante el riego.

Composición equilibrada

Los abonos sólidos en la fertirrigación deben contener una composición equilibrada de nutrientes, que incluya los macronutrientes principales (nitrógeno, fósforo, potasio) y los micronutrientes necesarios para el crecimiento saludable de las plantas. Es importante seleccionar abonos que cumplan con las necesidades nutricionales específicas de los cultivos y ajustar la proporción de nutrientes según los requerimientos de cada etapa de crecimiento.

Baja presencia de impurezas

Los abonos sólidos utilizados en la fertirrigación deben tener una baja presencia de impurezas, como materiales inertes o contaminantes. Esto ayuda a evitar obstrucciones en el sistema de riego y asegura una aplicación limpia y segura de los nutrientes a las plantas.

Los abonos sólidos más usados en fertirrigación

  • Nitrato amónico (34,5% N)
  • Urea (46% N)
  • Nitrato potásico (13% N; 46% K2O)
  • Nitrato cálcico (15,5% N; 27% CaO)
  • Nitrato de magnesio (11% N; 15,7% MgO)
  • Sulfato amónico (21% N; 58% SO3)
  • Sulfato potásico (50-52% K2O; 46,5-47,5% SO3)
  • Fosfato monoamónico (12% N; 60% P2O5)
  • Fosfato monopotásico (51% P2O5; 34% K2O)
  • Cloruro potásico (60% K2O)

 

Conclusión

La selección de los abonos sólidos en la fertirrigación debe basarse en las recomendaciones específicas para cada cultivo y en las condiciones del suelo y del agua de riego.

Si tienes dudas, puedes consultar con nuestros expertos sobre el programa de fertilización más adecuado para tu cultivo. Somos fabricantes de fertilizantes en Granada.

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