El azufre se ha convertido en una herramienta fundamental en la agricultura. Entre otras cosas, porque se acepta el uso del azufre en agricultura ecológica, aportando a los cultivos sus propiedades como acaricida, fungicida y repelente. A pesar de ser relativamente eficaz y económico, la aplicación del azufre en agricultura requiere de precauciones determinadas y una comprensión adecuada de sus características.
¿Para qué se usa el azufre en agricultura?
Existen diversas clases de azufre, y su versatilidad va más allá de combatir plagas y enfermedades, ya que también se utiliza para corregir suelos con pH básico (que estén por encima de 7). En este sentido, 1 kg de azufre por cada metro cuadrado puede reducir en 1 unidad el pH del suelo.
En este otro artículo te contamos cuál es la función del pH en el cultivo.
El uso del azufre en agricultura también comprende la lucha contra plagas como oidios, araña roja y ácaros. Sin embargo, es crucial respetar ciertos condicionantes en su aplicación, como evitar mezclarlo con aceites o productos alcalinos y abstenerse de aplicarlo en cultivos destinados a conserva.
Tipos de azufre
- Azufre coloidal. Dispersiones coloidales de azufre de extrema finura, alta dispersión en el caldo y gran adherencia al follaje. Se presentan en el mercado como líquidos auto-emulsionables, micro-gránulos, dispersables y polvos mojables.
- Flor de azufre. Un producto menos usado, que se obtiene por sublimación del azufre.
- Azufre micronizado. Se produce arrastrando mediante gas carbónico o de nitrógeno las partículas más finas de un azufre triturado.
- Azufre molido. Procede de azufre triturado, tras una separación granulométrica por tamizado.
- Azufre triturado. Azufre pre-molido de partículas de elevado tamaño. Se utiliza como corrector.
Condicionantes y precauciones en la aplicación del azufre en agricultura
El azufre presenta condicionantes a la hora de aplicarse en cultivos.
- Por ejemplo, no debe usarse a altas temperaturas ni mezclarse con aceites ni productos de reacción alcalina.
- Además, no se aplica en cultivos destinados a conserva ni sobre variedades sensibles como alcachofas o ciertos frutales.
- A pesar de su eficacia, el azufre puede resultar complicado e incómodo de aplicar en su formato sólido (polvo). Sin embargo, su combinación con otros productos ha dado lugar a mezclas que potencian su efectividad. Por ejemplo, su asociación con cipermetrin combate oidios, pulgones y trips, mientras que su unión con cobre refuerza su poder antifúngico.
El uso del azufre en agricultura ecológica
En el anexo 1 del REGLAMENTO (CE) no 889/2008 sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos, podemos comprobar que el azufre está aceptado como: Fertilizante y acondicionante del suelo, como plaguicida y como producto fitosanitario. Como hemos comentado, este tiene acción acaricida, fungicida y repelente.
Pero aunque este componente es parte de prácticas ecológicas, no está exento de problemas. El azufre puede resultar irritante y posee un período de seguridad antes de la cosecha. Por ejemplo, un azufre al 80 % tiene un plazo de seguridad de 3 a 5 días, un tiempo en el que no se pueden recolectar, manipular o ingerir los frutos tratados con esta sustancia.
Los riesgos de aplicar azufre en altas temperaturas
Un error común es aplicar azufre en condiciones de alta temperatura, especialmente durante el verano. ¡PELIGRO! A temperaturas superiores a 30 ºC, el azufre puede pasar a estado gaseoso, generando dióxido de azufre y, en condiciones específicas, trióxido de azufre, que puede convertirse en ácido sulfúrico. Esto puede tener consecuencias nefastas para los cultivos, que en ocasiones pasan desapercibidas a simple vista, hasta que el ácido sulfúrico que se ha producido como consecuencia de una reacción química dentro de las plantas, terminan por acabar con todo el cultivo.
Conclusión
Como hemos podido ver, el uso del azufre en agricultura ofrece beneficios notables, pero su aplicación requiere una comprensión detallada de sus propiedades y limitaciones. Alternativas en el mercado pueden proporcionar resultados igualmente efectivos y más cómodos para los agricultores, siendo crucial adaptar la elección a las necesidades específicas de cada cultivo y situación.
