Conocer cómo repercute la temperatura en los fertilizantes es clave para obtener una nutrición vegetal eficaz. Ya que tanto las reacciones químicas en el suelo, como la fisiología de la planta, dependen de la temperatura. Por eso, saber cuándo y cómo abonar según el termómetro, puede marcar la diferencia entre un aporte útil o una pérdida de recursos. ¿Quieres saber más? En este artículo de Nevian Fertilizantes te contamos cuál es la relación entre temperatura y fertilizantes y cómo aplicarlos para sacar el máximo rendimiento a la nutrición de tu cultivo.
¿Por qué la temperatura influye en la eficacia del fertilizante?
Antes de entrar en medidas concretas, conviene entender por qué la temperatura afecta tanto a los fertilizantes. Y es que la actividad biológica del suelo, la velocidad de reacciones químicas y el metabolismo de la planta aceleran con temperaturas moderadas y se frenan con el frío. Por eso la disponibilidad de los nutrientes y la capacidad de absorción cambian tanto con el clima.
Efectos generales del cambio de temperatura sobre el suelo y la planta
En el suelo, la temperatura regula la mineralización de la materia orgánica y la actividad de microorganismos que transforman nutrientes. En la planta, los procesos como la absorción radicular y la fotosíntesis dependen directamente de la temperatura. Estos efectos combinados condicionan cuándo es más eficiente aplicar cada tipo de fertilizante.
Cómo afecta la temperatura al nitrógeno, fósforo y potasio
Este es el impacto de la temperatura sobre los tres macronutrientes más empleados en los fertilizantes.
- Nitrógeno. En calor intenso la urea y otras fuentes amoniacales tienen mayor riesgo de pérdida por volatilización. En frío, la nitrificación se ralentiza y el N puede permanecer en formas menos móviles.
- Fósforo. Su movilidad es reducida en suelos fríos y el fósforo tiende a fijarse en suelos cálcicos. Mientras que la actividad radicular limitada por bajas temperaturas dificulta su absorción.
- Potasio. Aunque es más estable, su aprovechamiento se ve condicionado por la transpiración y por la relación con otros cationes; en condiciones de estrés térmico su demanda aumenta.
Recomendaciones prácticas según la temperatura y fertilizantes
Si te enfrentas a temperaturas altas o bajas, estas prácticas te ayudarán a mejorar la respuesta a los abonos. Antes de aplicar, valora el estado del cultivo y del suelo, y ajusta la dosis según la formulación y las necesidades de tus plantas.
- En episodios de calor, usa aplicaciones fraccionadas, evita urea en horas de máximo calor sin riego inmediato y considera inhibidores de ureasa o fertilizantes estabilizados.
- En periodos fríos, reduce aportes de rápida liberación y prioriza formas disponibles por foliar o productos de liberación lenta hasta que la actividad radicular se recupere.
Buenas prácticas de fertirrigación y almacenamiento
La fertirrigación es especialmente útil para sincronizar el aporte y demanda cuando la temperatura varía. Además, recuerda que la temperatura también afecta al almacenamiento: evita calor extremo y humedad para que los productos no se degraden o aglutinen. Guardar los fertilizantes en un lugar fresco y seco prolonga su eficacia.
Conclusión
La relación entre temperatura y fertilizantes no es un detalle sin importancia, sino que condiciona las transformaciones químicas, pérdidas y la propia respuesta del cultivo. Por eso, planificar el abonado teniendo en cuenta las condiciones térmicas, la formulación adecuada y las dosis, usar fertirrigación o aplicar correctores, mejora la eficiencia, reduce costes y riesgos ambientales.
En Nevian Fertilizantes somos especialistas en diseñar planes de nutrición adaptados a la climatología y necesidades de cada cultivo. Si quieres optimizar tu estrategia teniendo en cuenta la temperatura, consulta nuestro artículo relacionado sobre cómo fertilizar según el clima y contacta con nosotros para recibir un plan a medida, así como los productos adecuados para tus cultivos.