Abono en invierno: Por qué y cómo fertilizar tus plantas en la temporada fría

Abono en invierno Por qué y cómo fertilizar tus plantas en la temporada fría

Cuando llega el frío, existe la tendencia de creer que la nutrición vegetal puede esperar hasta la primavera. Sin embargo, a veces es importante continuar con la fertilización y aplicar abono en invierno. Ya que durante los meses fríos, el metabolismo de las plantas se ralentiza. Pero esto no quiere decir que se detenga. Por eso, un plan nutricional adecuado puede ayudar a mantener la vitalidad del sistema radicular y garantizar un arranque vigoroso cuando las temperaturas vuelvan a subir.

Además, las heladas, los cambios bruscos de temperatura y la menor actividad microbiana en el suelo hacen que ciertos nutrientes estén menos disponibles. De ahí la importancia de comprender cómo funciona el abono en invierno y qué tener en cuenta antes de aplicar cualquier producto.

¿Por qué es importante fertilizar en invierno?

Antes de detallar cómo usar abono en invierno, conviene entender qué le ocurre a la planta durante la temporada fría. Porque aunque su crecimiento aéreo se reduce, las raíces siguen activas y continúan absorbiendo nutrientes si están disponibles. Esta actividad radicular ayuda a mantener la estructura del cultivo, favorece la resistencia frente al estrés y prepara a la planta para brotar con más fuerza cuando regresen las temperaturas templadas.

Además, la movilidad de nutrientes como el potasio, esencial para la resistencia al frío, se ve afectada por la baja temperatura del suelo. Por lo que aportarlo de forma controlada puede mejorar la tolerancia de las plantas a situaciones de estrés climático. Del mismo modo, ciertos microelementos pueden quedar menos disponibles en sustratos fríos, así que una fertilización equilibrada a lo largo del año permite evitar futuras carencias.

Qué nutrientes conviene aplicar durante el invierno

Antes de elegir el mejor abono en invierno, es recomendable revisar el estado del suelo o del sustrato. Aunque en esta época, suelen recomendarse formulaciones con menos nitrógeno y un mayor equilibrio entre potasio, calcio y micronutrientes. Esto se debe a que la planta no necesita un crecimiento rápido, sino fortalecer tejidos, mejorar la resistencia y mantener la actividad interna sin excesos vegetativos.

El calcio, por ejemplo, contribuye a mantener la firmeza celular y evitar daños por fluctuaciones térmicas. El fósforo favorece la actividad radicular y puede ser fundamental en cultivos leñosos o perennes. Mientras que elementos como el hierro o el manganeso ayudan a sostener la actividad fotosintética, incluso con niveles más bajos de radiación solar.

Cómo aplicar correctamente el abono en invierno

Aplicar abono en invierno requiere tener en cuenta dos factores clave:

  • La temperatura del suelo
  • La humedad

Ya que cuando el suelo de cultivo está demasiado frío, la absorción se ralentiza. Por lo que es esencial elegir productos de buena solubilidad. Además, en climas muy fríos, es preferible abonar durante las horas centrales del día, cuando el suelo está algo más templado.

Otro aspecto que debes tener en cuenta es que en cultivos de suelo abierto, conviene realizar una ligera incorporación del fertilizante para evitar pérdidas por escorrentía. En cambio, en macetas o jardineras, una aplicación más superficial, acompañada de un riego moderado, puede ser suficiente para activar la disponibilidad de nutrientes.

Por otro lado, si se utilizan fertilizantes líquidos, es importante evitar excesos, ya que el metabolismo de la planta es más lento y un aporte alto podría provocar bloqueos. Para cultivos sensibles o situaciones donde el clima es muy variable, lo más importante es seguir las recomendaciones de expertos y planificar un esquema nutricional adaptado.

Relación entre temperatura y eficacia del fertilizante

Cuando aplicamos abono en invierno, es fundamental entender cómo influye la temperatura en la disponibilidad de los nutrientes. En este sentido, el frío afecta a la solubilidad y movilidad de muchos de ellos, lo que puede reducir la eficacia real del producto si no se ajusta la estrategia. Este tema lo desarrollamos en profundidad en este otro artículo sobre temperatura y fertilizantes.

Comprender esta relación te permitirá evitar desperdicio de producto y, sobre todo, a garantizar que la planta aproveche al máximo cada aplicación.

Conclusión

Usar abono en invierno de forma correcta es una práctica que aporta beneficios visibles en la salud del cultivo. Entre ellos, permite mantener vivas las raíces, mejora la resistencia frente al frío, prepara la planta para brotar con energía y previene carencias que podrían limitar el desarrollo primaveral. 

La clave está en seleccionar los nutrientes adecuados, aplicarlos en el momento correcto y adaptarte al clima y al tipo de cultivo.

Y si buscas asesoramiento especializado o abonos diseñados para responder a las necesidades de tus cultivos durante todo el año, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. En Nevian Fertilizantes contamos con soluciones a medida.

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